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¿Me reemplazará un robot? Cómo la digitalización marcará el futuro del empleo
Algoritmos, automatización e Inteligencia Artificial son los conceptos que están permeando a los puestos de trabajo, debido a las demandas de la industria de mayor eficiencia y productividad.
black and white industrial machine

Según datos del último informe Future of Jobs, del World Economic Forum (WEF), presentado en 2020, la adopción tecnológica por parte de las empresas transformará las tareas, los trabajos y las habilidades para 2025: un 43% de las empresas encuestadas dijeron estar preparadas para reducir su fuerza laboral debido a la integración de la tecnología, mientras que un 41% afirmó que planea expandir el uso de contratistas para tareas especializadas y un 34% planea expandir su fuerza laboral debido a la integración de tecnología. Con todo, el WEF espera que, para 2025, el tiempo dedicado a las tareas actuales en el trabajo por parte de humanos y máquinas sea igual.

En Chile, el panorama también comienza a perfilarse hacia los cambios. El futuro exige una serie de competencias y habilidades vinculadas a la innovación y la tecnología, pero también transformaciones sociales, tal como plantea el libro “Chile tiene futuro, desde sus territorios”, de la Facultad de Economía y Negocios de la Universidad de Chile (FEN).

El director del Observatorio de Innovación de la FEN, Juan Pablo Torres, ha estado trabajando intensamente -junto a un grupo de expertos- en el proyecto Escenarios Futuros Chile 2050, para generar recomendaciones de política pública que permitan enfrentar el futuro del trabajo.

“Las empresas están haciendo automatización para bajar la estructura de costos, pero -en la práctica- no solo tenemos que pensar en ser más competitivos sino también en generar nuevos productos o servicios. Las competencias que necesitan las personas para los trabajos del futuro son distintas”, afirma el académico.

Antes de la era de la digitalización, por ejemplo, un abogado destinaba mucho tiempo a clasificar contratos. Sin embargo, ahora, este proceso puede automatizarse para el ahorrar tiempo y los esfuerzos que se destinaban al análisis y filtro de la información pueden destinarse a generar nuevos servicios. Pero en esto también hay oportunidades: en el WEF estiman que para 2025, 85 millones de empleos pueden ser desplazados por un cambio en la división del trabajo entre humanos y máquinas, mientras que pueden surgir 97 millones de nuevos roles que se adapten mejor a la nueva división del trabajo entre humanos, máquinas y algoritmos.

“La tecnología no viene a eliminar empleos, sino a transformarlos. Nunca el mundo había tenido tantos empleos como ahora”, afirma el presidente de la Fundación País Digital, Pelayo Covarrubias. De hecho, debido a la automatización que está alcanzando la minería, en el futuro la mitad de los puestos de trabajo podría ser ocupada por mujeres, según el especialista.

En este contexto, las competencias cognitivas están ganando terreno en el mundo laboral. “Algunas básicas como lectura, escritura y aritméticas; y otras más complejas como pensamiento crítico y manejo de datos no abundan, no por falta de creatividad, sino porque gran parte del sistema educacional no está diseñado para fomentar este tipo de habilidades”, comenta Torres.

 Por lo anterior, uno de los grandes desafíos será aprovechar las ventajas de corto y largo plazo de la automatización, la cual puede ser un arma de doble filo si no se aborda desde las políticas públicas. “En las revoluciones industriales anteriores había un período de adaptación, no era tan rápido. Pero esta revolución no te permite adaptarte con tanta velocidad porque necesitas manejo de datos: saber programar, utilizar bases de datos y cruzarlas, habilidades básicas para los trabajos del futuro”, añade el académico de la FEN.

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Dinamismo y adaptación

En este escenario, hay profesiones que muestran mayor proyección y demanda, no solo en Chile, sino que en todo el mundo. Se trata de las asociadas a las áreas de tecnología e ingeniería.

“La digitalización, la tecnificación, el boom del e-commerce y la necesidad de aumentar la productividad, incorporando soluciones tecnológicas de todo tipo a las más variadas industrias, están llevando al mercado a requerir profesionales cada vez más calificados en sus áreas de especialización, pero también más familiarizados con la tecnología y la digitalización”, comenta Caio Arnaes, director asociado de Robert Half Chile.

La Guía Salarial 2022 de la consultora da cuenta de lo anterior mientras exhibe las oportunidades que se abren para los empleos ligados a cadenas de producción, suministro y logística; análisis y control de datos; ciberseguridad; control y gestión de costos; así como a desarrollo e innovación de negocios. “Todo relacionado con las habilidades técnicas y blandas de los profesionales y cómo se complementan con la tecnología, pilar para el desarrollo y la sustentabilidad de los negocios”, argumenta Arnaes. 

Adaptación es, entonces, la palabra clave y podría generar múltiples beneficios, incluyendo una mayor flexibilidad. “El desafío es entrenar a la fuerza laboral, que tiene distintos rangos etarios.  Los más jóvenes aprenden más rápido. No obstante, el envejecimiento de la población y la migración son retos que también hay que enfrentar”, dice Juan Pablo Torres.

La pregunta que cae de cajón es si Chile tendrá la capacidad de generar las políticas públicas a la velocidad que exige un escenario marcado por la demanda de energía que provenga de fuentes renovables y también de análisis de datos. “Si no trabajamos con la velocidad suficiente en los cambios, la gente estará descontenta porque los trabajos del futuro la harán sentir que hay desigualdad, es decir, no podrán percibir los beneficios de la Inteligencia Artificial”, señala el profesor de la Universidad de Chile.

La digitalización, sin duda, cambiará la forma en que nos desempeñamos en el futuro. De ahí la importancia de encontrar la manera de aprovechar esta transformación y de subirse al carro rápidamente. ¿Cómo? Aprendiendo sobre ciencia, tecnología, ingeniería y matemáticas, pero también adquiriendo habilidades socioemocionales. “La población debe estar alfabetizada y contar con educación continua. Antes, cuando estudiábamos, íbamos cinco años a la universidad y ya podíamos salir a trabajar. Ahora somos como los teléfonos, que cuando los cargas se actualizan. Tenemos que enseñar a los alumnos que esta es una actualización permanente”, concluye Pelayo Covarrubias.

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